Asociación Paraguaya de Fútbol

Isabel Rocío Ortiz Caniza, a sus 16 años y con 1,74 metros de estatura, ya se estrenó en un Mundial y con gran labor bajo los tres palos, antes lo había hecho en el Sudamericano de Ecuador.

El trabajo duro de los entrenamientos, hizo que la guardameta realice un gran partido en el inicio del certamen ecuménico. Isa (como la llaman sus familiares y compañeras de selección), lleva en la sangre el fútbol, hija del ex portero Adalberto Ortiz.

La arquera albirroja comentó que fue lo que la motivó para seguir el mismo camino que su padre. “Desde chiquita veía a mis hermanos y a mi papá que eran todos arqueros y quería ser como ellos y de ahí me propuse jugar en ese puesto”, afirmó Isabel.

Tras un gran debut en la portería, Isabel comentó el apoyo que recibió de sus familiares, “Estuvieron muy orgullosos de mí por todo lo que logré, que desde chiquitita peleaba con ellos para poder dedicarme al fútbol y perseguir mis sueños poco a poco, y nunca rendirme, estaban muy felices”. 

Comentó las sensaciones del debut ante España “Me sentí bien al saber que iba a representar a mi país por primera vez, y más en un puesto muy duro, pero admito que también entré un poco nerviosa, pero con el transcurrir de los minutos me fui soltando”. 

El próximo compromiso de la Albirroja será ante Estados Unidos, potencia en el fútbol femenino, sobre ello expreso. “Como equipo queremos conseguir resultados positivos y estar unidas porque sabemos que Estados Unidos es un rival que también busca lo mismo que nosotras, pasar de fase”. 

Con tan sólo 16 años, Isabel Ortiz nos cuenta sus metas por cumplir. “Las meta que me propuse es la de llegar a jugar en el extranjero. Y si Dios quiere llegar a ser una de las mejores arqueras”.

De gran actuación en el debut pese a la caída ante España, la portera albirroja dejó un mensaje para las niñas que se están iniciando en el fútbol “Que hagan lo que más aman y persigan sus sueños, pase lo que pase sin darse por vencidas, que todo esfuerzo que hacemos tiene su recompensa, y por sobre todo creer en una misma y en Dios, porque los sueños se hacen realidad”,